La poesía del objeto ordinario, la huella de un gesto ancestral perpetuado, la belleza de una imperfección, la exaltación de la simplicidad…
“Explorar una y otra vez este material vivo y sensible que es la arcilla, y luego jugar al alquimista del fuego, de las plantas, de la ceniza que se convierte en esmalte, de la arenisca que se convierte en piedra…“